lunes, 22 de octubre de 2012

NUESTRA LUZ


Lo importante no es cuanta luz recibimos, si no cuanta luz nos esforzamos en transmitir a los demás aunque tengamos que hacerlo desde la más densa oscuridad. 
Es esa misma luz la que nos mantendrá radiantes una vez reflejada en otros. 
La luz que no nace desde nuestro interior, es luz que depende de algo externo, y con el tiempo acaba extinguiéndose. 
Nosotros somos los artífices de nuestra propia esencia, y los únicos responsables de lo que dejamos crecer en nuestro interior. 
Si alimentamos nuestra luz interior, disiparemos toda esa oscuridad que nos rodea, o al menos no seremos absorbidos por ella, mientras esperamos anhelantes esa luz inextinguible que se irá haciendo cada vez más clara, hasta que el día quede firmemente establecido y solo haya amaneceres...

S.G.M.

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