lunes, 1 de octubre de 2012

ENSANCHENSE

ENSÁNCHENSE


La capacidad de compartir sentimientos y relacionarnos, el intentar llegar al mayor número de personas a través de compartir nuestras vivencias y experiencias, esas que vamos acumulando a lo largo de nuestra  vida, ver como a muchas de ellas eso les motiva también a compartir sus sentimientos y emociones, y llegan a ser tus amigos o ese esperado gran amor, es consecuencia de lo que yo llamo, “ensancharse.”
Y todo, sin intentar a toda costa como es común, resguardar uno su buena imagen y su supuesta buena reputación, por medio del aparentar, no siendo lo suficientemente humildes y honestos como para dejar, que ese amigo o amor aprendan y se beneficien tanto de nuestros buenos ejemplos, como de nuestros errores,  no siendo hipócritas al dar a conocer a los demás solo aquello que nos da buena imagen y nos hace parecer mejores de lo que somos realmente, sino compartiendo altruistamente todo aquello que pueda beneficiar a los que nos rodean, anteponiendo con ello el beneficio de los demás al nuestro.
Algunos de tantos sentimientos, malos ejemplos y correos que compartimos, tocaron el corazón  de muchos, les subió su autoestima, les hizo entender sus propios sentimientos, les evito cometer errores , les ayudo a sentirse valorados y queridos, tanto por el contenido, como por el hecho de sentir que alguien se intereso en ellos.
Hay quienes viven toda la vida lleno de secretos y pensamientos escondidos, emociones contenidas, amores ocultos, enamorados en secreto, y mueren solo habiendo compartido una ínfima parte de ellos mismos, haciendo mucho más difícil que lleguen a tener amigos;  Y otros  esperando irónicamente que alguien se enamore algún día de ese poquito que dan y comparten, como si las sobras de uno mismo hubieran atraído a algún amigo o enamorado de verdad alguna vez a alguien.


Eso es para mí, la tragedia más grande que le puede suceder a un ser humano, morir habiendo sido solo una sombra de sí mismo. Una vida basada en el miedo, el miedo a expresar  nuestros sentimientos, o el miedo a actuar y ser como lo sentimos en nuestro interior por miedo a perder o por miedo a lo que los demás piensen de nosotros, es lo que marca la diferencia entre un hombre libre, y un esclavo de sí mismo. 

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