HUIR DEL CORAZÓN
Huir
del corazón, no es lo más acertado cuando nos han hecho daño.
No
puedo compartir el método de algunas personas de evitar cosas que le recuerden que aun tienen
un corazón deseoso de amar y ser amado. Sería como evitar echarse nuevos amigos
porque uno de ellos te falló.
Si
evitamos todo aquello que nos hace sensibles y nos toca el corazón, al final
podemos acabar volviéndonos tan fríos como aquellos que una vez nos hicieron daño.
Las
conversaciones sobre el amor, y las películas románticas y sensibles donde el
amor triunfa sobre todo lo demás, donde las cosas son siempre ideales nos
devuelven de algún modo la esperanza de que
ahí fuera todo es posible, y que el amor al final triunfa sobre todo lo
demás.
Solo
necesitamos enamorarnos de la persona, y no idealizarla ni enamorarnos de lo
que pensamos que llegara a ser en un futuro como consecuencia de estar a
nuestro lado, tenemos que asegurarnos de que quien afirme querernos lo haga de
nuestra personalidad, de nuestros principios y de nuestro corazón.
Una
actitud de soy el más fuerte, autosuficiente e independiente de los que me
rodean, y no dejare que nada ni nadie me haga sensibilizarme ni hacer llorar,
es probable que funcione, y consigas que con el tiempo nadie cuente contigo o
se acerque a ti por pensar que no
necesitas nada de nadie para seguir adelante o para ser feliz.
Los
animales son los únicos que han sido creados con esa independencia de los de su
misma especie, y son capaces de sobrevivir solos sin necesitar nada más, pero
nosotros, si negamos nuestra propia naturaleza, (esa que aunque nos hace
vulnerables nos hace sentirnos felices cuando tenemos a nuestro lado a alguien
que nos admira, nos respeta y nos necesita para compartir su felicidad), e
intentamos apagarla, quizás nos ayude a sobrevivir algún tiempo, y nos haga
sentirnos más seguros al no arriesgar nada de nosotros mismos, pero de ningún
modo hará que nos sintamos vivos.
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