jueves, 11 de octubre de 2012

DISPUESTOS A MEJORAR


DISPUESTOS A MEJORAR 


No nos apresuremos a sacar conclusiones cuando algo nos ha hecho daño, o nos ha decepcionado,  antes de presuponer motivos, es mejor preguntar directamente a la persona implicada,  y tampoco es bueno ponerse demasiado en el panel de víctima, a la que han hecho un daño irreparable.

Es cierto que ciertas cosas nos duelen, o nos decepcionan, porque pensamos que no han actuado justamente con nosotros, que no han mostrado la empatía suficiente, o el interés suficiente, pero pensemos en que quizás nosotros hemos hecho lo mismo en alguna ocasión, solo hemos pensado en nosotros, hemos buscado nuestra propia ventaja, o hemos utilizado en cierto sentido a alguien.
Si somos capaces de reconocer que a veces consciente o inconscientemente lo hemos hecho, y que quizás la persona victima de esa situación nos ha perdonado, o lo ha dejado pasar, actuando así más amorosa que justamente con nosotros. Si somos capaces de tener la suficiente humildad como para reconocer esos errores propios y de aplicar la misma medida que otros nos aplicaron, devolviendo bien por mal, entonces habremos aplicado la misma misericordia que Jehová Dios  tiene cada día con nosotros .

( Viene bien recordar aquí la ilustración del esclavo al que le fue perdonada esa deuda de un millón de denarios, y como a él le costó después perdonar una insignificante deuda a otra persona,  haciendo que cayera sobre el todo el rigor de la ley, para no caer nosotros sin darnos cuenta en ese mismo error)

Reconocer nuestros propios errores, y nuestras debilidades es el primer paso para mejorar y rectificar. Aun somos unos niños, comparado con el tiempo que aun nos queda vivir, así que aun tenemos mucho tiempo para mejorar, para rectificar. Por eso no nos definamos tan rápidamente, ni nos adjudiquemos una personalidad inalterable, e inflexible, y no pongamos como excusa, o culpemos continuamente a nuestro pasado, a nuestras vivencias, o a el daño sufrido, de ser como somos, y de actuar como actuamos.

Una auto compasión no equilibrada, y el adoptar un papel de víctima casi siempre, convirtiéndolo casi en un hábito, como una manera de disminuir nuestra culpabilidad y de justificar ciertas actitudes y hechos poco justos, de forma que nos excuse continuamente y nos evada de nuestras responsabilidades, y de nuestro deber de esforzarnos de verdad por mejorar y de hacer todo aquello que sabemos que tendríamos que esforzarnos en hacer, acabará por volvernos una víctima de nosotros mismos, acomodándonos para siempre en ese papel.
Estemos dispuestos a dar a otros, y a darnos tiempo para rectificar, para mejorar, para avanzar, intentando no ser más duros con los demás de lo que somos con nosotros mismos.



S.G.M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario