Siempre he pensado que deberían ser pocas las personas de las que realmente uno pudiera enamorarse, con las que pudiera complementarse, que debería ser un acto de paciente selección y a la vez algo veloz e inevitable, y que si antes de ligarse con alguien las personas esperaran a estár realmente enamorados y esperarán a conocer a la persona con la que realmente puedieran llegar a ser uno en toda su plenitud, se reducirían escadalosamente el número de parejas que existen.
S.G.M
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