miércoles, 9 de enero de 2013

SALUD EMOCIONAL


Era sensible y meditaba lo suficiente, y lo más importante, no intentaba controlarlo todo, tenerlo todo atado y sujeto. Amaba con el corazón, y nunca dejó que su mente lo sustituyera, sino que la convirtió en su aliada para poder amar con total libertad.

Se conocía a sí mismo, y tenía un elevado nivel de consciencia sobre todo lo que le rodeaba. No tenía miedo a los cambios, y amaba con toda su alma, mente y corazón. Estaba unificado, y utilizaba todo su ser al servicio de su propia felicidad.

Amaba lo eterno, pero eso nunca le impidió amar aún sabiendo que ese amor podía ser sólo temporal, que todo depende siempre de lo real que sea la persona que amas.
Comprendió que la tristeza que le producía el no amar, sería siempre superior a la que pudiera producir un fracaso, o un engaño.
Y que morir sin haberse entregado, era como haber vivido siendo sólo parte de uno mismo, sin llegar a ser parte de algo más grande: dos fundidos en uno... dos corazones latiendo al compás de un beso…

SAMUEL G.M.

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