martes, 27 de noviembre de 2012

AMAR DE VERDAD


AMAR DE VERDAD

Es difícil encontrar a alguien que nos ame de verdad, pero quizás nos apresuramos nosotros también cuando afirmamos que amamos a alguien de verdad. Sólo cuando conocemos de un tiempo razonable a alguien, y llegamos a valorarlo por todo lo que es, por su forma de sentir, sus cualidades, su entrega desinteresada, su altruismo, etc, sólo entonces podemos empezar a admirarlo y empezar a amarlo. Para amar a alguien de verdad uno tiene que sentir un fuerte deseo de hacerle el bien, de aportarle felicidad, y ese sentimiento tiene que estar desligado de cualquier sentimiento romántico, y no tiene que tener como principal objetivo poseer a esa persona. 

Un amor basado en principios, debe ser ante todo una amistad basada en principios, y sólo cuando en nuestro interior logramos sentirnos felices por el hecho de estar proporcionándole a esa persona algo más de felicidad, sin buscar como recompensa a nuestra entrega un amor exclusivo de su parte, podemos afirmar que sentimos amor verdadero.
Por ello, si ese interés por esa persona se muestra de una manera equilibrada, sin crear presión ni mal estar, ni haciendo que por ser demasiado descarado ese amigo tenga que limitar el trato con nosotros, la amistad podrá mantenerse dentro de unos límites. Si queremos desde el corazón, nos bastara con una amistad de verdad en el caso de que la otra persona no correspondiera nuestros sentimientos, pero si nuestro ego o nuestro orgullo e indignación por su rechazo es más fuerte que nuestro deseo de seguir haciéndole el bien, nos alejaremos de esa persona, porque el objeto de nuestro interés habrá desaparecido al ser conscientes de que no está a nuestro alcance en ese sentido.

El amor romántico y pasional, no suele tener demasiada base a edades tempranas... y suele durar relativamente poco tiempo, y es preferible que sea así, porque si dura demasiado y no está respaldado por nada más, acabará en desastre, y algunos de ellos se producen por desgracia después del matrimonio. A medida que uno va creciendo y madurando, ese amor romántico y pasional que se debe sentir cuando te atrae alguien, va aumentando y es respaldado por un aumento también en la sintonía con la personalidad y cualidades de esa persona, llegándote a producir más atracción que su simpatía o su físico. El amor romántico sin estar basado en principios y razones fuertes de por qué amas y admiras a esa persona, se apaga con el tiempo.

Aunque el amor romántico es imprevisible, y todo amor hacia alguien que nos guste como pareja debe tener algo de pasión, de salvaje, y darte alas... estos sentimientos no debe ser la mayor motivación al querer compartir tu vida con esa persona. El corazón es traicionero, por eso antes de entregarnos demasiado e ilusionar a alguien con palabras que no cumpliremos, antes que surja ese tipo de sentimientos que nos suelen cegar, minimizando los defectos e idealizando a la persona, es aconsejable intentar conocerla desde el exterior. 

Hay ocasiones que la atracción física y el agrado que puede surgir en un primer encuentro, pueden irse fortaleciendo si el interior de esa persona nos llena de igual modo a medida que la vamos conociendo, pero suele suceder quizás con menos frecuencia.

Samuel G.M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario